viernes, 16 de abril de 2010
Respirar bien. El oxigeno vital
Los seres humanos, como las plantas y los animales, necesitamos agua para vivir, luz, nutrientes...y oxígeno. Sabemos que “tenemos que tomar agua” y lo hacemos como una acción conciente, sabemos que “tenemos que alimentarnos para nutrirnos” e interrumpimos tareas para hacerlo, sabemos intuitivamente que el sol hace bien a nuestros huesos, y casi sin darnos cuenta buscamos lugares llenos de luz. Pero somos pocos los que recordamos que necesitamos oxígeno y destinamos diariamente unos minutos de nuestro día a ejercicios respiratorios para absorberlo. Muchos pensamos que no hace falta, porque el aire parece ingresar al cuerpo en forma natural. La mayor parte del tiempo casi no nos enteramos en que momento está ingresando por la nariz, pasando por la faringe, por la laringe, por la traquea... apenas casi nos damos cuenta cuando llega a los pulmones, y muchas veces estamos tan tensionados por angustias y temores que por más que queremos respirar profundamente no lo logramos. El pecho se encuentra comprimido y los hombros levantados y volcados hacia adelante como si llevaran una carga, impidiendo al músculo trapecio (encargado de tirar la cabeza y los hombros hacia atrás) estabilizarlos. Esto impide a los pulmones tomar la cantidad de oxígeno necesaria para mantener correctamente las funciones vitales.
Los hindúes sostienen que a través de la respiración asimilamos nutrientes esenciales y que si respiramos bien, la cantidad de alimentos necesaria para subsistir es mínima. Y la medicina occidental sabe que del total de oxigeno que ingresa a nuestro cuerpo, solo un porcentaje mínimo llega hasta los órganos internos, una gran parte se pierde en el proceso de asimilación.
Entonces ¿porqué no dedicar 20 minutos o media hora diaria, siempre a la misma hora para generar el hábito, para hacer una respiración profunda? Para oxigenar lenta y profundamente nuestras células y neuronas.
Respirar bien y llenarnos de oxígeno vital no significa inhalar fuerte levantando el pecho y los hombros, eso nos tensará más. Una respiración profunda significa sentarnos concientemente a realizar la tarea, con la columna recta, dirigiendo la entrada y la salida del aire.
Nos sentamos cómodos, mantenemos la columna lo mas erguida posible, ponemos las manos sobre las rodillas y cerramos los ojos. Vamos a inhalar suavemente sin mover las ventanillas de la nariz, sintiendo que succionamos el aire desde la garganta, sintiendo el ruido que ello genera. Dejamos que el aire infle las costillas hacia afuera suavemente, sin forzar el movimiento, sin inflar el pecho ni levantar los hombros. Una vez que hemos inhalado de esta forma, mantenemos la respiración dos o tres segundos. Luego espiramos por la nariz en forma suave y continuada, dejando salir el aire suavemente mientras contraemos las costillas y llevamos el estómago despacito hacia adentro para expulsarlo completamente. Repetimos todos los días a la misma hora de ser posible.
¿sabia que la respiración profunda retarda el endurecimiento de las arterias? Tiene múltimes beneficios que iremos compartiendo en futuros artículos.
Acá tiene un excelente artículo y mas ejercicios
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